No voy a negar que me reí en algunas escenas de esta película, es más, hasta me gustaron algunas secuencias donde hacen claramente referencia a lo exitoso de la primera entrega, y uno que otros gags. Pero ya, la película poco a poco va cayendo en el peor de los absurdos y exageraciones sin sentido, a tal punto que decidí abandonar la sala casi al final. Créanme, era insoportable.
En esta secuela, vemos como la pareja de policías encubiertos compuesto por Schimdt y Jenko, va a la universidad a investigar la procedencia de una extraña droga que ya le causó la muerte a una estudiante.
Créanme cuando les digo que sentía que la película era completamente improvisada. Desde las secuencias, chistes y personajes, parecían sacados del momento. Estaban tan mal ejecutados que por mandato divino, hubo una avería en la luz y la película se detuvo por unos 5 minutos, 5 minutos de gloria, tal vez los mejores de la película (fuera de los que les había comentado).
Channing Tatum y Jonah Hill, ambos actores del momento, han demostrado que tienen más que este mediocre resultado, Jonah, nominado dos veces ya a premios de la academia, y Channing con buenas interpretaciones (esporádicas).
Estamos ante la presencia de un producto vacío y fácil, un resultado directamente creado para llenar salas con chistes vulgares, sexistas y hasta racistas, tal vez permitidos pero no chistosos para la plataforma en la que se plantea esta farsa.