Es extraño ver una película dramática, de factura europea, con la narrativa, personajes y ambientación norteamericana. Lo normal, o mejor dicho lo acostumbrado, es ver eso mismo pero al revés. En “The Broken Circle Breakdown” podemos disfrutar de una efectiva y muy buena puesta en escena, pero con poca novedad.
Elise (Veerle Baetens) y Didier (Johan Heldenbergh) se enamoran desde que se conocen, una especie de llama interna combustiona en sus ojos y corazón. Esta pasión traspasa la pantalla y nos hace sentir eso que los apasiona. Ambos perdidamente enamorados y cantantes en una banda de música country conciben una niña, niña que les mostrara y les dejara ver sus valores fortalezas y creencias.
Hay dos elementos en esta película que resultan impresionantes, las actuaciones y la banda sonora. En el renglón actuación, Veerle hace de “Elise”, una mujer libre y muy independiente que trabajaba en una tienda de tatuajes. Con unos momentos dramáticos impresionantes y sumándole unas hermosas interpretaciones, Veerle nos regala un tour de force con su compañero en pantalla. Ambos muestran una impresionante química y llevan en sus hombros esta película. Ambos claros desconocidos por estos lados, pero con unas fuertes interpretaciones que dan ganas de buscar lo mejor de sus filmografías.
El director Felix Van Groeningen denota fuerza narrativa, rejugado con los eventos en el tiempo y manejando a su antojo los sentimientos del espectador. Apoyado claro está por las ya mencionadas interpretaciones y un guion de la mano del mismo actor principal Johan Heldenbergh, donde de momentos hace una denuncia social y religiosa a Estados Unidos, que en sus momentos de críticas, pereciere un discurso forzado e innecesario.
“The Broken Circle Breakdown” es una muy buena película, efectiva en su narrativa y espectacular en sus actuaciones. Sé que de momento sentirán que ven una película de formula dramática, pero siempre he dicho, si la mezcla es correcta, la formula funciona a la perfección.
