Cuando las ideas se agotan, se busca inspiración en cualquier Fuente. Esto ocurre ahora en Hollywood. Esto de las carreras ilegales en el cine, no es nuevo. Desde “Wining” (1969) con Paul Newman, hasta pasando por una casi desconocida “The Fast and The Furious” (1955) del director/actor John Ireland, esta película fue la segunda película producida por el mítico productor y director Roger Corman.
Claro, hay muchas películas clásicas que han servido como modelo para película contemporánea (Italian Job, Death Race, Driver), todas hechas casi al calco en versiones modernas. Pero ya la fuente se estaba agotando, y tuvieron que tomar lo que le quedaba más cerca, el mundo de los videojuegos.
Recuerdo muy bien cuando sale “Need for Speed” por allá por el 1994. Aun reinaba el PlayStation y el sega Saturn. Recuerdo que hacíamos filas en esos dichosos centros de juego de video, donde invertíamos toda nuestra mesada de la semana, y en tan solo 4 horas de juego ya no había rastro de aquel dinero. Buenos tiempos aquellos (a excepción del momento en que teníamos que explicar a nuestros padres que hicimos con el dinero, ese era el real juego).
Tobey Marshall (Aaron Paul), es un joven adicto a la velocidad. A la muerte de su padre hereda su taller y con él las deudas. Es conocido de un corredor profesional de autos llamado Dino Brewster (Dominic Cooper) el cual le ofrece una ayuda, que tarde o temprano terminara afectando la vida de Tobey.
Debo admitir que es una premisa interesante y más si viene de la mano de DreamWorks, productora hecha netamente para crear espectáculos visuales y entretener al público. Pero la decepción no se hizo esperar, y desde los primeros 15 minutos (en los que mi compañero se excusó y se fue) hasta su final, era una constante: personajes súper clichés, malas y pobres interpretaciones, sumándole a esto, una horrible dirección y una floja puesta en escena.
Todo lo que puedes imaginarte o ya has visto en películas de este tipo, ocurre aquí. Carros volando, venganza, final predecible, dama en aprietos, policía burlón (malo, muy malo) y protagonista que pasa de todo y se mantiene atado a sus ideales, es la sumatoria de este bodorrio del séptimo arte.
Aaron Paul, que viene de tener todo el éxito de mundo en la serie “Breaking Bad” debuta en esta súper producción de una manera paupérrima y cualquierizada. Al menos si hubiera dicho su famoso “Bitch”, no lo hubiéramos lamentado tanto.
Dakota Johnson, Dominic Cooper y Michael Keaton completan los secundarios que no aportan nada, absolutamente nada.
“Need for Speed” es una película de esas que quisiéramos olvidar pronto, pero anualmente la compañía EA sports nos la recordará con sus nuevos y divertidos juegos, todo lo opuesto a este producto.