Estoy casi seguro que Tom Clancy es, junto a Stephen King, uno de los autores más rentables a la hora de adaptar sus historias, cada quien en su estilo. Clancy ha sido precursor de las paranoias modernas del espionaje norteamericano.
En esta ocasión vemos a un joven Jack Ryan, trabajando en Wall Street pero con un trasfondo militar. Este es reclutado por la CIA para hacer un trabajo riesgoso, pero a la vez, salvaría a su país de la destrucción económica. Es enviado a Moscú a investigar la compañía de Viktor Cherevin (Kenneth Branagh) en la cual se han reflejado ciertas irregularidades. Desde su llegada hasta su partida, el joven Ryan no tendrá un momento de respiro.
Chris Pine ha surgido de la nada a convertirse en un nuevo héroe de acción. Nadie sabía quién era este joven actor hasta que lo vimos en la película “Star Trek” de J.J. Abrahms. Desde ese momento su carrera despego a tal punto que no ha tenido un punto bajo, (bueno, “This Means War” es horrible). Ahora, es Jack Ryan, cuarto actor que hace de este espía pasivo. Sus predecesores Alec Baldwin, Harrison Ford y Ben Affleck le envían un caluroso saludo.
El rol del director y villano recae sobre Kenneth Branagh, actor y director inglés que ya tiene el mote de “director de Shakespeare”, pero que ahora, demuestra que si sabe manejar grandes escenarios y tramas. De momento sientes que te pierdes, pero el hábil de Kenneth, te atrapa y no te suelta. Muy buena dirección y muy buen villano.
Jack Ryan: Operacion Sombra es una película que funciona, es el tipo de thrillers políticos que entretienen con mucha calidad, con unos muy buenos secundarios (Kevin Costner y Kiera Knightley) y un muy buen uso de efectos especiales. Con esta suma, te aseguro un buen uso de tus dos horas.