Cuando pensamos en la saga de las películas de “Paranormal Activity”, casi siempre los 
comentarios rondan a la calidad de las mismas y al bajo presupuesto que se usa en este tipo de cine (“Found Footage”), que a mi entender poco a poco se está convirtiendo en el nuevo estilo de contar películas de terror.
“Paranormal Activity: The Marked Ones” es la quinta película de esta saga y la segunda mejor en calidad y narrativa. Es evidente que la mejor hasta la fecha es la primera, por la originalidad y lo morboso de la historia. En esta ocasión, tenemos un grupo de amigos de origen latino, recién graduados de la secundaria que reciben de regalo una cámara de video y comienzan a documentar todo lo que les ocurre a partir de ese día. Parte de las cosas que documentan son extrañas situaciones que ocurren debajo de la casa de Jesse (Andrew Jacobs), extrañas por sonidos, golpes y un asesinato que aparentemente no tiene explicación. A raíz de estos acontecimientos, ellos, cámara en mano, comienzan a investigar por su cuenta el porqué de esto, enterándose que la vecina no vivía ahí por coincidencia.
La película es una continuación clara a las historias de la saga, específicamente de la tercera entrega pero que da algunas pinceladas a las demás sagas. Para poder entender el tercer acto de la película, es recomendable que ya previamente conozcas las películas anteriores.
Hay poco que abundar en cuanto al trabajo técnico por la forma de filmación, pero se destacan de sobremanera el uso efectivo de los efectos especiales y una que otra actuación.
“Paranormal Activity: The Marked Ones” funciona. No es una maravilla de película, pero es efectiva al momento de sacar buenos sustos e intrigarnos con lo que poco a poco va desarrollando.
