“The Secret Life of Walter Mitty” es basada en un cuento del humorista norteamericano James Thruber en el 1939, que recrea los sueños diurnos del personaje del título. Fue adaptada al cine por primera vez en 1947 por Danny Kaye. En esta producion, Ben Stiller nos trae su versión de los sueños y deseos de Walter en este 2013.
Walter Mitty (Ben Stiller) es un empleado de la revista “Life” que clasifica los negativos de las fotografías que salen publicada en dicha revista. También esta perdidamente enamorado de Cheryl (Kristen Wiing), una adorable compañera de trabajo y responsable de que Walter tenga estos escapes imaginarios de una manera improvisa. Todo se complica, cuando la revista está a punto de cerrar y están preparando la última publicación, pero la foto de la portada está desaparecida. Es ahí cuando nuestro protagonista decide emprender un viaje en busca del fotógrafo responsable de esta foto, Sean O’Connell (Sean Penn).
La película es un cuento de alegría melancólica, Walter no viajaba en estos sueños porque su vida era aburrida o menos interesante, lo hacía para sentirse tal vez por instante ese ser aventurero que la rutina diaria a veces no permite ser. Pero, ¿donde queda el riesgo de aventura, cuando tienes en tu poder un pasaporte que te permite viajar donde quieras en el momento que desees, o el de siempre tener una señal de móvil, o suficiente dinero para ni planear un viaje y rentar Sherpas que te ayuden a escalar?. El punto de la aventura es lo desconocido, adentrarte a un lugar o un mundo que pueda sorprenderte y sacar lo más osado y atrevido de tu personalidad. Eso creo que es aventurar.
Ben Stiller dirige el guion de Steve Conrad, que dista mucho de la idea original del cuento corto, pero que logra ambientar con buena destreza los deseos de este aventurero principiante.
Definitivamente, lo mejor de la película es el soundtrack. Cada canción adecua cada momento de la película. También, la fotografía de Stuart Dryburgh (The Piano, Bridget Jones) funciona de maravilla.
“The Secret Life of Walter Mitty” es alegre, soñadora, triste y algo cursi, pero una película que funciona. Muy bien hecha, aunque acompañada por un product placement algo excesivo.