Críticas de Cine y Artículos

Succession: Cuando el árbol genealógico es tu enemigo.

Succession rastrea la vida de la familia Roy mientras contemplan su futuro una vez que su anciano padre (Brian Cox) comienza a alejarse del conglomerado de medios y entretenimiento que dominan.

En el primer episodio de la serie, Celebración, Logan (Brian Cox) cumple 80 años y su hijo Kendall (Jeremy Strong), que se ha mantenido sobrio (su pasado de adicto se hace presente a lo largo de la temporada) y ha trabajado en el consejo de administración de Waystar Royco, cree que será anunciado como el sucesor de su padre en la compañía, pero su padre pospone la decisión y, a pesar de que su salud que debilita, se resiste al soltar mando. Es como si el Rey Lear de los medios de comunicación pospusiera su participación, pero sus peones, en este caso  sus hijos, iniciaran de una forma tragicómica, la lucha por la sucesión al trono.

 Esto se debe a que durante todo el primer episodio y el anuncio de su decisión, sus otros herederos también están presentes; el cruel y sarcástico Román (Kieran Culkin), que ha regresado a la empresa luego de unas aventuras; Siobhan( la querida de papá), o simplemente Shiv (Sarah Snook), que apuesta por una carrera como estratega política para alejarse -pero no tanto- del negocio familiar; también su medio hermano mayor Connor (Alan Ruck), que vive en su granja en Nuevo México, y que siempre participa como un elemento no tan neutral en la disputa familiar; además de algunas figuras secundarias, el prometido y futuro yerno de Shiv, Tom (Matthew Macfadyen), que anhela un lugar entre ellos, el perturbado sobrino Greg (Nicholas Braun), que sólo quiere asegurar su trabajo entre los poderosos parientes que está conociendo y la tercera esposa del hombre de negocios, la misteriosa Marcia (Hiam Abbass).

 

Si el patriarca se presenta como alguien cuestionado y odiado por una porción de la opinión pública, como Rupert Murdoch, es porque lo es. Sin embargo, a pesar de mostrar un montón de figuras detestables, la serie desafía la lógica al estimular la empatía del público por ellas a través de un complejo desarrollo de personajes igualmente carismáticos y repugnantes, y también por el humor en su inadecuación o el intercambio de astillas y maquinaciones entre ellos, el segundo episodio de la primera toma, Shit Show at the Fuck Factory, es inestimable en este sentido con todo lo que sucede en ese hospital. La sátira a la que se expone el mundo de los negocios y las relaciones familiares en las clases altas permanece, aunque tanto el arco principal de la temporada como los de cada episodio siempre caminan de la comedia al drama, ya que la sucesión a la que se refiere el título, no sólo habla del quinto conglomerado mediático más grande del mundo, sino también de los pecados y los malos hábitos familiares.

El trabajo de escritura es arrollador, caleidoscópico, vibrante, filoso y directo, además de ser notablemente empático dada la perversión de la línea base de los personajes. Eso es lo que hay que saber sobre la serie y superar los primeros episodios, que son muy importantes para construir los cimientos de este increíble mundo: aunque odies a estos personajes, extrañamente acabarás amando a todos y cada uno de ellos, porque puede que no sean buenos seres humanos, pero son personajes ridículamente buenos.

No hay otro programa en la televisión como Succession. No es un drama antihéroe a lo Breaking Bad o Mad Men, donde hay una figura central problemática cuyas acciones excusamos porque nos hemos condicionado a vivir indirectamente a través de él. No es una comedia, aunque su mordaz humor negro es genial, es algo totalmente único y maravilloso. Es de esas series que puede hacer que lo dejes todo y te quedes quieto durante una hora sin tocar tu teléfono, es un golpe de dopamina que dura horas después mientras intentas averiguar qué movimiento harán Logan o Kendall o Shiv a continuación (o lo inteligente que es Greg en realidad).

Succession no se va a convertir en el nuevo Juego de Tronos, pero es una señal segura de que HBO aún tiene mucho que ofrecer. Tienen algo realmente especial aquí, con esta extraña, maravillosa y complicada serie, llena de actores en la cima de su juego y un equipo de escritores con el talento necesario. ¿Sabes qué? Succession es el nuevo Juego de Tronos, porque al igual que en Westeros si eres un Roy y juegas al juego de los tronos, ganas o mueres.

Acerca del Autor

Ruben Peralta Rigaud

Rubén Peralta Rigaud nació en Santo Domingo en 1980. Médico de profesión, y escritor de reseñas cinematográficas, fue conductor del programa radial diario “Cineasta Radio” por tres años, colaborador de la Revista Cineasta desde el 2010 y editor/escritor del portal cocalecas.net. Dicto charlas sobre apreciación cinematográfica, jurado en el festival de Cine de Miami. Vive en Miami, Florida.