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Critica a «Waves» (2019) de Trey Edward Shults

Reseña a la pelicula "Waves" de Trey Edward Shults con Kelvin Harrison Jr y Sterling K. Brown.

Ronald Williams (Sterling K. Brown) como contratista de construcción ha logrado cierta prosperidad para su familia. Es un marido cariñoso y un padre orgulloso de sus dos hijos y sus logros. Su hija Emily (Taylor Russell) y su hijo Tyler (Kelvin Harrison Jr.) disfrutan de una vida familiar armoniosa en el acogedor, pero exigente hogar. El adolescente de 18 años es considerado un luchador talentoso que entrena con su ambicioso padre y espera una beca universitaria. Una lesión en el hombro de repente amenaza todos sus planes. El médico recomienda encarecidamente la cirugía. Tyler continúa desafiante, sin decirle a nadie sobre los problemas. Una serie de acontecimientos complican aún más la situación.

Las películas comunes se detendrían aquí. Pero Waves no es una película común. Trey Edward Shults (It comes at night, 2017) nos cuenta algo más que una previsible catástrofe. Como la vida, la película continúa. Así como la familia, que ha sido maltratada por acontecimientos inesperados, tienen que encontrar su camino a la sanación, es así que, a partir de la mitad de la historia, una segunda película inicia para el espectador, cuya historia se desarrolla principalmente en secuencias que fluyen con calma. La conmoción comienza gradualmente a dar paso a la esperanza a medida que la historia se acerca a la hermana menor de Tyler, Emily.

 Lo que sigue después del cataclismo corre el riesgo de convertirse en un melodrama en su realización cinematográfica. Pero antes de que eso ocurra, Shults descansa su cámara y nos deja respirar por un momento. En manos de otro director, Waves podría haberse deslizado fácilmente en una historia de dolor y sentimentalismo, pero con Shults la historia se convierte en un resultado exitoso de hacer frente a un trauma que en realidad no podemos controlar.

Como espectador, sin embargo, tienes que estar dispuesto a seguir al director para rendirte a su estilo visual que cambia repentinamente, desde el frenesí de la primera hasta la sensibilidad de la segunda parte.

 En su estructura Waves es una película inusual, incluso atrevida. En el esfuerzo intransigente de contar una historia cotidiana sobre vulnerabilidad, reconciliación, amor y, por último, pero no por ello menos importante, sobre la importancia de la comunicación a través de la cámara y la música, las cuales se convierte simultáneamente en un compromiso con medios de expresión característicos del lenguaje cinematográfico.

Pero la gran fuerza de la película es la puesta en escena de Trey Edward Shults. Apoyado en una banda sonora muy eficaz, sumerge al espectador en la película, junto a sus personajes, sus fracasos, su pérdida de control o, por el contrario, su dulzura... con una originalidad que lo situaría en algún lugar, de manera más que improbable, entre Terrence Malick y Gaspar Noé.

Los créditos de apertura ya indican el camino que andaremos. Vemos cómo estos adolescentes se divierten mientras manejan por la amplia ciudad y la playa, con música eléctrica alta y divertida, la cámara gira 360 grados y nos adentra a sus sentimientos. La cámara sigue a menudo todos los personajes muy de cerca, el concepto de colores brillantes se corresponde con los sentimientos de los actores. Tales imágenes a menudo desarrollan una atracción casi hipnótica: cuando uno de los personajes va a una fiesta, nuestra experiencia se convierte en un viaje psicodélico. Y en los momentos íntimos, la primera vez que la joven pareja tiene sexo o en la primera conversación padre-hija, la cámara se retira discretamente.

 Las interpretaciones en conjunto ofrecen actuaciones impecables. Desde el nominado al Oscar, Lucas Hedges, hasta los relativamente nuevos Kelvin Harrison Jr. y Taylor Russell, la química entre los actores y su credibilidad es perfecta. Terrence Malick puede estar igualmente orgulloso: El joven cineasta fue su aprendiz como becario en tres películas, y aquí vemos el extraordinario resultado.

Aunque la película trata de personajes y narrativa, Shults tiene maneras cinematográficas en las que cuenta la película, usando la cinematografía para ayudarnos a entrar en las mentalidades de los personajes y la música para ayudar a reforzar las emociones. El trabajo de cámara de Drew Daniels, con la ayuda del colorista Damien van der Cruyssen, cambia las relaciones de aspecto y a veces se mueve con un abandono vertiginoso a medida que nos ponemos dentro de las vidas de esta familia, cómo se salen de control, y cómo se vuelven a enfocar. Musicalmente, hay mucho que procesar con el uso de canciones en las películas, junto con una partitura de Trent Reznor y Atticus Ross que continúa su recorrido de paisajes sonoros inusuales con una resonancia emocional de los inesperados eventos que se muestran. Ambos trabajan al servicio de la narración de Schultz, y si parece que la dominan, es sólo porque Shults lo quiere de esa manera mientras comparte esta historia de dolor y pasión con una familia que trata de encontrar su camino.

 Waves es una montaña rusa emocional. A través de una mirada cuidadosa, Shults se centra en la intimidad de las interacciones personales y en cómo ciertas emociones se desarrollan más rápido que otras. Además, los diálogos se limitan a conversaciones cercanas, por lo que es fácil sentir la creciente tensión entre los personajes. En combinación con imágenes viscerales y una estupenda banda sonora, las imágenes elevan esta historia tensa a una obra cinematográfica abrumadora e hiper-sensorial.

Acerca del Autor

Ruben Peralta Rigaud

Rubén Peralta Rigaud nació en Santo Domingo en 1980. Médico de profesión, y escritor de reseñas cinematográficas, fue conductor del programa radial diario “Cineasta Radio” por tres años, colaborador de la Revista Cineasta desde el 2010 y editor/escritor del portal cocalecas.net. Dicto charlas sobre apreciación cinematográfica, jurado en el festival de Cine de Miami. Vive en Miami, Florida.