Críticas de Cine y Artículos Festival Internacional de Toronto (TIFF)

Critica a «Boy Erased» (2018) de Joel Edgerton

Jared es un adolescente normal. Tal vez un poco más sensible y más religioso que otros. Su padre Marshall (Russell

Theodore Pellerin stars as “Xavier” and Lucas Hedges stars as “Jared” in Joel Edgerton’s BOY ERASED, a Focus Features release.

Crowe), vendedor de automóviles y predicador bautista, reacciona con orgullo cuando su único hijo tiene una cita con la joven más hermosa de la escuela. Su madre Nancy (Nicole Kidman) siempre está preocupada y, sobreprotectora al fin, le pide siempre que tenga cuidado al salir. El aparente perfecto mundo familiar ubicado en una provincia del sur de Estados Unidos se sumerge repentinamente en una grave crisis. Cuando Jared va a la universidad es  acusado de seducir a un compañero de clase. Los padres se sorprenden, mientras que el adolescente niega el incidente. Para el padre, solo hay una salida: una terapia de conversión, Dios deberá “curar” su homosexualidad.

Jared (Lucas Hedges), de 19 años, inicia un sendero de sufrimiento, que debería considerarse extremadamente absurdo en las sociedades modernas, como son los Estados Unidos. Sin embargo (según los créditos) en realidad, más de 700,000 personas se vieron afectadas por estas terapias similares. Con las llamadas terapias de conversión, los gays y las lesbianas deben ser "curados" de su homosexualidad. Los fanáticos religiosos están detrás de este sistema inhumano. El joven Garrard Conley ha transformado sus amargas experiencias de lavado de cerebro en una novela sensacional que sirve como plantilla para este drama.

Doce días debe tomar la terapia. Desde el principio, los métodos groseros en el centro "Amor y acción" se presentan. El joven tiene que entregar su teléfono móvil y un diario, y a diferencia de otros participantes, se le permite pasar la noche afuera en el hotel con su madre. "¡Nacer gay es una mentira!" exclama el instructor del programa Viktor Sykes (interpretado por el director Joel Edgerton), el cual crea un clima de miedo constante con insultos, humillaciones y un poco de abuso físico. "Finge hasta que lo hagas" (“Fake it until you make it”), es uno de los lemas que se escuchan a diario allí. Para Jared, el terror psicológico poco a poco se va convirtiendo en algo imposible de aguantar. Después de una disputa con el autoproclamado terapeuta Sykes, la situación se intensifica dramáticamente. Algunas cosas se salen de control y es allí cuando vemos los verdaderos rostros de los terapistas.  

 Los estilos narrativos no lineales están en tendencia, estos apoyan hábilmente este drama en su dinámica con flashbacks. Con el joven narrador en primera persona como aliado, el puente de empatía hacia la audiencia se construye rápidamente. El desarrollo psicológicamente plausible de los personajes, ya sean víctimas, perpetradores o padres impotentes, proporciona beneficios adicionales. Después de su buen debut como director con The Gift, el actor Joel Edgerton demuestra una vez más una mano talentosa en la puesta en escena de mundos emocionales emotivos, sin apoyarse en kitsch ni clichés. Con Crowe y Kidman, el australiano reúne dos corpulentas estrellas pop de su tierra natal que, como pareja religiosa, nuevamente ofrecen cualidades impresionantes a la hora de crear personajes emocionalmente identificables  y aseguran muchos buenos momentos con gestos mínimos.

El director Edgerton tiene estadísticas en una mano, y las memorias de Garrard Conley ( “Boy Erased: A Memoir” , publicadas en los Estados Unidos en 2016)  en la otra, haciendo una película enfocada para un público adulto. O al menos le proporciona las herramientas para erradicar este peligroso "virus" de la ignorancia y la falta de comunicación que aún existe entre padres e hijos, entre la sociedad y los individuos, entre las instituciones religiosas y la comunidad civil.

Lo hace a partir de la suposición de que ciertas terapias forzadas son solo otra forma de persecución, no muy lejos de lo que el régimen nazi realizó en los campos de concentración y en contraste con los tiempos. Años de progreso no han rayado en absoluto la definición misma del término, que se refiere al conjunto de acciones de fuerza y ​​actos hostiles destinados a eliminar a un grupo étnico o social inferior. Esto es exactamente lo que le sucede al protagonista de Boy Erased  (y al protagonista de “The Miseducation of Cameron Post”, película de Netflix) a quienes quieren cambiar. En la película de Edgerton, comparada con la de Netflix,  la naturaleza desapegada de la puesta en escena sugiere una sensación de opresión insoportable, mientras que la genial paleta de colores elegida por el director de fotografía Eduard Grau, da a las imágenes una idea de la memoria que desea olvidar. Finalmente, da evidencia de los actores que siempre estén medidos dentro de ciertos niveles de oscuridad que en última instancia testifican el mismo deseo de rebelión "educada" y nunca enojada por el autor de la Novela a partir de la cual se basa la película.

Lucas Hedges (Ben is Back, Mid 90s), de 21 años, quien ganó una nominación al Oscar el año pasado por Manchester by the Sea, y recientemente protagonizó Three Billboards Outside Ebbing, Missouri, ha resultado ser el actor  ideal para ser Jared. Como un adolescente inestable, él ofrece una excelente actuación cuya veracidad se pondrá dentro de tu piel. La aparente facilidad con la que domina el equilibrio del idealismo, la ira, la impotencia y la rebelión, tiene cualidades clásicas. Boy Erased es  un magistral grito de súplica contra la intolerancia.

Acerca del Autor

Ruben Peralta Rigaud

Rubén Peralta Rigaud nació en Santo Domingo en 1980. Médico de profesión, y escritor de reseñas cinematográficas, fue conductor del programa radial diario “Cineasta Radio” por tres años, colaborador de la Revista Cineasta desde el 2010 y editor/escritor del portal cocalecas.net. Dicto charlas sobre apreciación cinematográfica, jurado en el festival de Cine de Miami. Vive en Miami, Florida.