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Critica a «Tarde para morir joven» (2018) de Dominga Sotomayor

Ambientada en 1990, con Chile emergiendo de los 17 años de dictadura de Pinochet, la película rastrea la madurez tanto de una adolescente como de su país. Tarde para morir joven, sigue a un grupo de familias urbanas que construyen una comunidad auto-suficiente, al pie de los Andes.

Mientras los habitantes se preparan para la fiesta de año nuevo, la joven Sofia (Demian Hernández) se muestra cada vez más reacia al afecto infantil que le da su torpe compañero, Lucas (Antar Machado), y al mismo tiempo se siente atraída hacia alguien mayor, un amigo de la comunidad llamado Ignacio (Matías Oviedo).

El tercer filme de Dominga Sotomayor, presenta con habilidad los temas del amor, la pérdida y la búsqueda de identidad, todos estos sentimientos se presentan en los primeros minutos de metraje para luego desenredarlos a través de un interludio ágil con personajes de apariencia hippie que tiene lugar en las colinas de las afuera de la ciudad.

La cinematografía de Inti Briones, presenta un desecado paisaje de verano que parece estar ambientado en la década de los setenta, y ahí es donde nos da el sentimiento hippie que se impregna en la narrativa. El uso de los colores claros, muchas interacciones al aire libre, más el uso de la limitada tecnología del momento, acompañan las imágenes y esto se encarna suavemente en la escritura inteligente de Sotomayor, en una selecta selección de éxitos musicales que se remontan a la época. Demian Hernández hace su debut como Sofía, con talento musical, rebelde y enamorada. Esta acompaña a un grupo de actores, en su mayoría no profesionales, de todas las edades, seleccionados por la cineasta y su madre directora de casting. Antonia Zegers (Elena) es la única actriz conocida fuera de Chile.

Al igual que la mayoría de los adolescentes, Sofia se tambalea al borde de la edad adulta, pero Sotomayor demuestra ser mucho más hábil para hacer que sus personajes se identifiquen, y entiende que la agitación interna no necesariamente tiene que transmitirse mediante la imposición de un trauma externo. Las causas de raíz de la inseguridad de Sofia vienen desde un padre emocionalmente ausente y una madre físicamente ausente, todo esto entrelazado en una narración gradual y discreta. Llegamos a entender con bastante precisión quién es Sofia, pero el cine nunca se siente didáctico.

Tarde para morir joven es una película que narra lo difícil que es crecer en un ambiente donde no hay guía. Las decisiones que los adolescentes deben tomar basándose en su corta experiencia, los pone al riesgo de hacer malas puntuaciones. La magistral anécdota de un animal perdido y el dolor pasible de Sofia, vale cada segundo de este maravilloso filme.

Acerca del Autor

Ruben Peralta Rigaud

Rubén Peralta Rigaud nació en Santo Domingo en 1980. Médico de profesión, y escritor de reseñas cinematográficas, fue conductor del programa radial diario “Cineasta Radio” por tres años, colaborador de la Revista Cineasta desde el 2010 y editor/escritor del portal cocalecas.net. Dicto charlas sobre apreciación cinematográfica, jurado en el festival de Cine de Miami. Vive en Miami, Florida.