Críticas de Cine y Artículos

¿Por qué el cine francés es el mejor?

Articulo de colaboracion, donde la escritora explica que el exito de cine frances va mas alla de casualidad y suerte.

Este año, Agnès Varda ganó el Oscar honorífico (tendrá que volver por su nominación a mejor documental), Robin Campillo se hizo con el Gran Premio del Jurado en Cannes y el cine francés contó con 80,5 millones de espectadores en el extranjero y recaudó 468 millones de euros en 2017. Aunque el año anterior, estas cifras fueron algo menores, Isabelle Huppert terminó ganando el Globo de Oro a la mejor actriz dramática y Olivier Assayas, la Palma de Oro a la mejor dirección ex aequo con Mungiu. En la última década, el país galo acumula diez premios Oscar y cuatro Palmas de Oro, además de ser la segunda cinematografía en materia de exportación. ¿Podemos achacar estos datos a un golpe de suerte o al mero talento? Nada de eso.

Escribo estas palabras recién llegada de París. Concretamente, del mercado y junket de cine francés más importante que existe después de Cannes. Rendez-Vous es un evento organizado por Unifrance al que acudimos anualmente unos 500 periodistas y 100 distribuidores de todo el mundo. Durante cuatro días, los periodistas entrevistamos a los directores y actores del cine francés que se estrenará a lo largo del año en nuestro países. En el caso español, por ejemplo, a Juliette Binoche (por Un sol interior, de Claire Denis), a Marion Cotillard (que hace doblete en Rock&Roll y Los fantasmas de Ismael), a Vincent Cassel (Gauguin en la nueva película de Edouard Deluc) o a directores como Guillaume Canet, Xavier Beauvois, Xavier Legrand, Arnaud Desplechin o Agnès Varda. Paralelamente, tiene lugar un mercado en el que los distribuidores compran las películas que estrenarán el año siguiente en su territorio. El fin de semana largo viene aderezado con algunos eventos festivos. Si en 2017, se proyectó "Raw" antes de que se convirtiese en fenómeno mundial, en la presente edición, se le dio un premio a Juliette Binoche (por su labor dando a conocer el cine francés en el extranjero) y Unifrance celebró una fiesta celebrando sus 20 años mirando a la Torre Eiffel, con música de Daft Punk (sin casco) y con invitados de la talla de Jean Pierre Lèaud. Según David Mitjans, responsable de adquisiciones de A Contracorriente Films y uno de los invitados habituales al Rendez-vous: “Esta es la forma perfecta de reunir a compradores, periodistas, talento francés y así ayudar a vender y promocionar su cine”. No en vano, “rendez-vous” quiere decir cita o encuentro.

Pero, ¿qué es Unifrance? Unifrance es un organismo exclusivamente dedicado a la promoción del cine francés en el
extranjero. Fundado en 1945 para asegurar la prominencia de Francia tras la Segunda Guerra Mundial y con sedes en
París, Pekín, Nueva York y Seúl, sigue la trayectoria del cine francés en el cine y la televisión de 50 países durante todo el año, acompañando todas y cada una de las películas en los mercados internacionales –está presente en 60 festivales entre los que se encuentran por supuesto Berlín, Cannes, San Sebastián, Toronto, Venecia…– desde su venta hasta su estreno comercial en el extranjero. Para ello, mantiene una fluida comunicación con los distribuidores de cada territorio, a través de newsletters, encuentros, cocktails en festivales y apoyo económico para costear el acceso de los talents a los países de estreno. Además, Unifrance celebra a lo largo del año numerosos eventos dedicados al cine francés –My French Film Festival, Tu cita con el cine francés, etc…– y, por supuesto, el Rendez-vous en París. ¿Cuál es el resultado? Además de ser la segunda cinematografía en exportación, cada día se estrena más de una película francesa en el mundo y se emiten más de 40 en televisiones extranjeras, con un promedio de 65 millones de espectadores y 350 millones de euros anuales.

“La existencia de un organismo dedicado a la promoción y a la exportación del cine es una ventaja clara porque permite centralizar y concentrar las acciones promocionales y dimensionar las campañas que hace la empresa privada”, resume el agente de ventas internacionales y director de Latido Films Antonio Saura cuando le preguntamos por la importancia de Unifrance.

Regida por el CNC (Centre national du cinema et de l’image animée), centro que se encarga de la política de apoyo al cinefrancés bajo la supervisión del Ministerio de Cultura, Unifrance se financia en un 80% con fondos públicos a los que hay que sumar apoyos de mecenazgo cultural de empresas como, entre otras, Lacoste, Airfrance o Renault. El organismo no revela qué presupuesto total invierte el Estado en Unifrance anualmente, pero sí declara que el dinero destinado al Rendezvous asciende a 800.000 euros. “En cualquier lugar y tiempo, y más que nunca en nuestro mundo, es fundamental tener apoyo público en la cultura”, comenta a la directora general de Unifrance Isabel Giordano. Junto al presidente desde 2017 Serge Toubiana, su apuesta es por atraer al público millennial al cine francés y potenciar la promoción digital.

Unifrance no está sola en su labor. Otras cinematografías, como la alemana, parecen haber entendido la importancia depromocionar su cine en el extranjero, pues como explica el director general adjunto de Unifrance Gilles Renouard,
convencido además de que todos los países deberían apoyar su cine y su cultura: “el cine es la mejor manera para
promocionar la imagen de un país”. En cualquier caso, Antonio Saura renuncia a la pretensión de compararnos con Francia en lo que a apoyo a la cultura se refiere: “México, Argentina o Chile han desarrollado estrategias diferentes en función de su capacidad económica, pero en todos destaca una increíble labor de relaciones públicas por parte de sus gestores para asegurar la presencia de sus películas en los mejores festivales del mundo”. Entonces, no es casual que tres mexicanos hayan arrasado en los Oscar en los últimos cinco años, que the Shape of Water sea la favorita de este año y que todos los años se cuele una película chilena, colombiana o argentina en la categoría de habla no inglesa o en las alfombras rojas de los mejores festivales. Llamémoslo Sebastián Lélio, El abrazo de la serpiente, Pablo Larraín o Relatos salvajes.

Apuntada la causa-efecto, ¿podemos concluir que la clamorosa ausencia de España en festivales de clase A y en los
Oscar tiene que ver con una precaria promoción de nuestro cine fuera de aquí? Evidentemente, sí. Según Óscar
Graefenhain, director del ICAA, este asunto es absolutamente prioritario dentro del conjunto de medidas con las que el Instituto de Cinematografía pretende potenciar el cine español. “Aquí está todo más difuminado, con competencias repartidas en diferentes organismos como el ICEX, FAPAE, AECID o Acción Cultural Española. Queremos ordenar esas competencias pero para eso necesitamos tener músculo económico suficiente”, nos cuenta el director del ICAA que además pretende facilitar la llegada de rodajes extranjeros a España con un convenio que se anunciará próximamente.

Lejos del apoyo institucional francés a la promoción del cine en el extranjero, el ICAA promueve actualmente una batería de medidas en esta línea: Invitación a programadores de festivales internacionales, creación de una plataforma online para refuerzo de los Spanish Screenings cuya segunda edición tendrá lugar los días 17, 18 y 19 de abril dentro de la 21 edición del Festival de Málaga, fomento de la educación en el extranjero sobre cine español o la dotación de puntos por la participación en festivales de clase A en la modificación a la Ley de ayudas generales a la producción de largometrajes.

¿Es suficiente? Según Antonio Saura, es como “disparar con pistolas de agua mientras nuestros enemigos tienen
bazookas”. Sorprendentemente, la capacidad exportadora del cine español no ha caído en estos últimos años, con hitos como el de Contratiempo, de Oriol Paulo, que hizo 23 millones de euros en China o preferencias como la de los
distribuidores franceses por el “nuevo thriller español”, es decir, Tarde para la ira (Raúl Arévalo), Que Dios nos perdone (Rodrigo Sorogoyen) o La isla miníma (Alberto Rodríguez). Una exportación de talento sin los apoyos estatales necesarios, pues según comenta el agente de ventas internacionales, que separa la labor y el esfuerzo individual de los trabajadores de las instituciones de la voluntad de Estado, “en España se ha dejado la imagen del país en ‘castigo ideológico’, juzgando a una industria por la ideología de una parte de sus componentes y no por la riqueza que genera”. “Sin entrar en la balanza de pagos, en estos tiempos en los que prima el marketing, tener una historia que contar es fundamental. Y España ha dejado de contar la suya fuera de sus fronteras”, afirma Saura.

Hay aún mucho trabajo por hacer para que nuestras historias vuelvan a verse fuera. Como dice David Mitjans: “Tenemos mucho que aprender de Unifrance y de Francia como país en el que la cultura es una cuestión de estado: destinan dinero a una industria que les devuelve con creces la inversión. Pero, como siempre, es una cuestión de prioridades de los que gobiernan”.

Articulo escrito como colaboracion de Andrea G. Bermejo

Acerca del Autor

Ruben Peralta Rigaud

Rubén Peralta Rigaud nació en Santo Domingo en 1980. Médico de profesión, y escritor de reseñas cinematográficas, fue conductor del programa radial diario “Cineasta Radio” por tres años, colaborador de la Revista Cineasta desde el 2010 y editor/escritor del portal cocalecas.net. Dicto charlas sobre apreciación cinematográfica, jurado en el festival de Cine de Miami. Vive en Miami, Florida.