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El día que Akira Kurosawa y Hayao Miyazaki se conocieron

Kurosawa

Conversaron , entre otras cosas, sobre la dificultad de hablar de su propio trabajo y del sabor dulce del sake después de una larga jornada de filmación

No ajustes la resolución en tu pantalla. La cosa es así. El año es 1993. El lugar: evidentemente Japón. Para muchos podría llamar la atención las diferencias de entre los dos gigantes que están por conocerse como acto público en TV. La cultura nipona, con un esplendor mediático y cultural, tuvo la excelente idea de unir a dos de las figuras más importantes del arte en Japón y en el mundo. Por un lado, Akira Kurosawa, director de cintas neurálgicas para la filmografía mundial como RashomonLos siete samuráis y Ran, y, como lo definió Mark Cousin en su serie documental The Story of Film: An Odyssey, "una escuela de cine viviente". Por el otro, Hayao Miyazaki, una piedra angular de la animación y mente maestra detrás de los legendarios estudios Ghibli.

Akira Kurosawa

A nadie parece importarle la amplia brecha generacional entre los dos creadores. Kurosawa nació en 1910, mientras que Miyazaki llegó al mundo en el convulso 1941. El primero lleva décadas consagrado como un baluarte del cine y apenas hace unos meses antes del encuentro su última película, Madadayo, circulaba en carteleras, salas y festivales de todo el planeta. El segundo aún goza del reconocimiento obtenido por su cinta Porco Rosso, estrenada, poco más, poco menos, un año atrás.

Hayao Miyazaki

La cortesía japonesa y el protocolo es claro. La conversación comienza con una breve y amena charla sobre detalles que parecen irrelevantes, aunque denotan un fragmento de la historia cotidiana y, por llamarla de alguna forma, íntima de estos dos titanes del séptimo arte: la vista del Monte Fuji desde la casa de Kurosawa y otros aspectos domésticos que son sacados a colación como para romper el hielo.

Alguien que entienda japonés podrá darse el lujo de disfrutar de la serie de videos disponibles en YouTube (que se comparte arriba), sin matices de traducción, esta fluida conversación entre dos luminarias del arte y del cine. Los demás mortales tendrán que conformarse con la transcripción en inglés disponible en el portal de Open Culture.

Para que sepas qué puedes esperar, Kurosawa y Miyazaki conversaron en esa irrepetible ocasión, entre otras cosas, sobre la dificultad de hablar de su propio trabajo, del sabor dulce y gratificante del sake después de una larga jornada de filmación, lo que le tomó a uno construir una calle como locación para Madadayo o un castillo entero para Ran, que dicho sea de paso, iba a ser quemado. Asimismo, Miyazaki hace una apreciación de los storyboards de Kurosawa (verdaderas pinturas), así como Kurosawa muestra su entusiasmo por el gato autobús" de la cinta Mi vecino Totoro, de Miyazaki. No hay desperdicio.


Aunque Miyazaki cree que su nuevo proyecto saldrá en 2019, aún no ha sido aprobado por Studio Ghibli, por otro lado, Toshio Susuki, su colaborador de muchos años, cree que la magnitud de la idea que le presentó el animador tardará aún más tiempo en desarrollarse. Afortunadamente ambos hombres tienen buena salud y están dispuestos a abandonar su retiro para dar un último golpe con una cinta que termine de formar el legado que han dejado en el cine. Sólo nos queda esperar, mirar estos filmes y recordar por qué es uno de los mejores directores de todos los tiempos.

Fuente: cultura colectiva

Acerca del Autor

Ruben Peralta Rigaud

Rubén Peralta Rigaud nació en Santo Domingo en 1980. Médico de profesión, y escritor de reseñas cinematográficas, fue conductor del programa radial diario “Cineasta Radio” por tres años, colaborador de la Revista Cineasta desde el 2010 y editor/escritor del portal cocalecas.net. Dicto charlas sobre apreciación cinematográfica, jurado en el festival de Cine de Miami. Vive en Miami, Florida.