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Critica a «Nocturnal Animals» (2016) de Tom Ford

La fría atmósfera creada por el realizador Tom Ford en 2009 con su película “A Single Man”, regresa con un tono más cálido y más oscuro. El olor a venganza que respira cada secuencia de nocturnal-animals  "Nocturnal Animals", hace eco del cine negro de los años 40 y 50: disparos de tomas acompañadas de siluetas de automóviles que llegan de noche, como en las primeras escenas en la casa de Susan Morrow (Amy Adams), donde incluso la música amenazadora de Abel Korzeniowski deja predecir consecuencias sombrías .

Ford, tal vez cansado, de sus años de estilo frecuentado por el culto a la belleza artificial y la idealización del cuerpo (¿notaron la ironía?), esta vez, hace un viaje a los Estados Unidos para contar su nueva historia. Escoge dicho país por la tendencia de este a la adoración de dioses falsos y sus pomposas galas. De ahí que esta medio burlesca primera secuencia, donde los cuerpos de las mujeres y las sombras resultan carnosas, con pechos enormes en cámara lenta. La representación puede sonar como una revolución en curso de un mundo finalmente libre de sus cadenas, pero en una interpretación, Ford solo quiere mostrar el exceso de piel que se muestra en una sociedad que aparentemente la necesita y la desea. Pero son meras conjeturas.  Dentro de este microcosmo de opulencia triste, está Susan Morrow, reconocida directora de una galería de arte. Susan está cansada de todo, y es claramente notable en su insomnio, forma de vestir y ademanes. Desde una primera impresión, notamos a una mujer triste, carente de emoción alguna. Está en su segundo matrimonio con Hutton Morow (Armie Hammer), con el cual lleva una relación tan fría como su estado de ánimo, luego todo ira tomando forma.

Este vacío es un infierno para una mujer como ella, Susan luchó toda su vida para escapar del lado de su madre, una mujer materialista, republicana, homofóbica y racista. Mientras Susan trata de escapar la depresión y de su largo insomnio, recibe el primer ejemplar de la novela, "Nocturnal Animals", escrita por su primer marido, Edward Sheffield (Jake Gyllenhall), el cual dejó hace 20 años . El libro cuenta el trágico destino de un esposo y su esposa  en un viaje a través de Texas en camino a sus vacaciones en compania de su hija. El giro diabólico de esta historia, se extiende gradualmente en el estado de ánimo y emociones de Susan, llevándola de nuevo a su reprimido pasado.   La estratificación de “Nocturnal Animals” navega entre las críticas a un estilo de vida digno de revistas, la triste vida de Susan y sus recuerdos destructivos, que finalmente narra con una fabulosa sub trama de la lectura de la novela enviada, una estructura narrativa fascinante. Con una maestría asombrosa, Tom Ford sutilmente avanza a sus peones. A veces, el drama de los trastornos de Susan, (con una magnética Amy Adams que nunca deja de sorprender) y varias secuencias que recuerdan “Straw Dogs” de Sam Peckipah, el suspenso se vuelve parte inherente de la historia. Sin embargo, con un montaje extraordinario, ambas historias llevan un paralelismo macabro.

El guión es del propio director, basado en la novela de Austin Wright, "Tony y Susan". Ford mantiene las características de una estética visual y una belleza poco común en la construcción de escenas, sin afectar el curso de la historia. El mayor reto superado por el director es que la historia se desarrolla en 3 planos, pero Ford utiliza esta complejidad en su beneficio. Si nada es gratis en “Nocturnal Animals”, tampoco no hay nada explícito. Así que el final es un mero sentimiento, o más bien algunos pensamientos y conjeturas sobre la historia. Algo típico de esas películas que merecen una segunda visita.

En esencia, “Nocturnal Animals” se cuenta la historia de dos venganzas, la de uno de los protagonistas, y la de su Director en el microcosmos que lo hizo famoso. Los personajes de la madre de Susan y la artista, interpretado por Jena Malone dan una oportunidad al cineasta de purificador a una diatriba.

A parte de la fabulosa dirección de Ford, el montaje de Joan Sobel y la dirección de fotografía de Seamus McGarvey realizan una labor extraordinaria. Es hipnotizante la forma como McGarvey ilumina las escenas nocturnas, como potencia a poca luz lo que cuenta, captando planos absorbentes. Las imágenes son acompañadas por la banda sonora de Abel Korzeniowski, dejándonos atrapados entre nostalgia y una tensión entre el presente y el pasado de Susan. El guardarropa y el diseño de la producción están repletos de exuberancia, como las obras de arte que Susan presenta, algo irónico para el realizador que critica de cómo el mundo vive de la apariencia.

Como todo es grandioso en este filme, falta hablar de los actores. Un elenco lleno de talento y complejos personajes, liderados por Amy Adams como nunca antes vista: madura, triste, amargada, solitaria, totalmente insatisfecha con las decisiones que tomó. Vive de las apariencias que criticó de joven, entre los sonidos que desprecia, se asoma por un pasado que no quiere recordar. Vemos también a un increíble Jake Gyllenhal, que es para mí lo más importante de la trama. Su personaje es un mar de emociones que pueden parecer insensibles, pero que muy dentro están carcomiendo sentimientos que nunca estuvieron en él, estos están naciendo y quedaran incubados, los mismos que darán luz. Michael Shannon es irrepetible, su personaje navega entre lo cómico, serio y misterioso, es el clásico sheriff del cine clase B, dentro de una historia seria y violenta.

Sin lugar a dudas, estamos ante una obra maestra. Una historia contada con una pulcritud y con una pasividad violenta, unos personajes retorcidos pero serios, tristes, con ira, con dolor, humanos. “Nocturnal Animals” es una película que no olvidarás, no por sus giros inesperados, ni momentos visualmente aterradores, si no porque en algún momento de nuestras vidas, hemos tenido estos sentimientos, estos motivos, estas excusas.

Acerca del Autor

Ruben Peralta Rigaud

Rubén Peralta Rigaud nació en Santo Domingo en 1980. Médico de profesión, y escritor de reseñas cinematográficas, fue conductor del programa radial diario “Cineasta Radio” por tres años, colaborador de la Revista Cineasta desde el 2010 y editor/escritor del portal cocalecas.net. Dicto charlas sobre apreciación cinematográfica, jurado en el festival de Cine de Miami. Vive en Miami, Florida.