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Critica a «Mi Gran Noche» (2015) de Álex de la Iglesia

Un número de baile perfectamente coreografiado, mujeres besándose, glamur  y confeti, gente gritando furiosamente en la pista de baile, ríos de champagne y un 650_1200ánimo ostentoso: ese el escenario en el que los personajes se mueven en “Mi Gran Noche”, de Álex de la Iglesia, que no es otro que la crónica de la agitada grabación de un programa de televisión que saldrá al aire en víspera de año nuevo.

Alex de la Iglesia ha conseguido algo insólito para un cineasta: crear su propio género. Un cine excesivo, hiperbólico, extravagante, obsceno… el sello «de la Iglesia» resulta inconfundible, pero además es inimitable.

Si se fijan bien, con la presentación de este circo, el director español no solo introduce lo grotesco, sino también lo superficial, pero con una frescura casi imitando a Fellini. La película es un caos Visual pero sin embargo, se las arregla para presentar un glosario humano que incluye las más diversas categorías sociales, y partir de la maleza de los aspirantes a estrellas que contaminan el negocio y que por alguna  razón son responsables del nacimiento de una nueva moda, tanto en Estados Unidos como en Europa, la cultura de la celebridad.

En este microcosmos, del que destaca la superficialidad y la escalada social, y en la que todos y ninguno son bienes fungibles, el Director se ve al mismo tiempo con la diversión petulante. Este presenta con una actitud narcisista al antropológico y famoso cantante Raphael, muy popular en España y Latinoamérica, como el legendario cantante “ Alphonso” (el cual canta las mismas canciones que el artista español) como la súper estrella que siente celos del nuevo talento y que, sin saberlo, podría ser asesinado esa noche.

Pasan muchas cosas (presentadores peleándose por ser estrellas, el nuevo artista siendo chantajeado, cómo encontrar el amor en el lugar menos esperado), todas con mucho humor, a veces cosas muy violentas o sexuales; pero al final es lo que vemos a diario en la televisión, periódicos y redes sociales, y esta película no es más que una sátira de eso que damos por hecho en los medios de comunicación de hoy.

En Resumen, “Mi Gran Noche”  es de esas películas que inician en el tercer acto. La película nunca tiene un inicio conocido, inicia en lo más alto, se mantiene allí y no decae hasta su pobre final. De la Iglesia tiene problemas para terminar sus películas. Sin duda, algunos de sus protagonistas son mejores que otros (como la chica que da mala suerte, interpretado por Blanca Castillo, o  "Chino" interpretado por Enrique Villar), pero cada uno de ellos encaja perfectamente en el espectáculo, cada uno de ellos haciendo de la más absurda y divertida marioneta.

Hablar de marionetas, en el caso de Mi Gran Noche, es correcto, porque una de las tentaciones que Álex de la Iglesia no puede resistir es hacer el de titiritero, crear personajes que hacen estupideces para que dicho suceso sea creador de otras situaciones, cual bola de nieve narrativa. Esta es la especialidad de este director, sacar lo más absurdo de la situación y usarla para su beneficio.

“Mi Gran Noche”  es un espectáculo, más que una película, pero un muy buen espectáculo, en la cual, vemos de nuevo el talento de este gran director, personajes realmente locos, situaciones absurdas pero interesantes, diálogos sin parar y una narrativa irreverente y acelerada, la mezcla perfecta para un coctel molotov cinematográfico.

"Mi Gran Noche" fue presentada dentro del Marco del Festival Internacional de Cine de Miami, esta fue la pelicula de apertura.

Acerca del Autor

Ruben Peralta Rigaud

Rubén Peralta Rigaud nació en Santo Domingo en 1980. Médico de profesión, y escritor de reseñas cinematográficas, fue conductor del programa radial diario “Cineasta Radio” por tres años, colaborador de la Revista Cineasta desde el 2010 y editor/escritor del portal cocalecas.net. Dicto charlas sobre apreciación cinematográfica, jurado en el festival de Cine de Miami. Vive en Miami, Florida.