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Critica a «Joy» (2015) con Jennifer Lawrence, del director David O. Russell

Después de contar una historia de estafa y delincuencia (American Hustle), el director David O. Russell se va al lado opuesto. En “Joy”, Russell cambia de marcha y celebra las virtudes de la joy_profilehonestidad. Con un jugueteo entre lo serio y lo cómico, el director norteamericano cuenta la historia de Joy Mangano (Jennifer Lawrence), la mujer que invento el “Miracle Mop”, producto que fue un éxito de ventas por televisión en toda Norteamérica. Esta es otra muestra de la sólida actuación de Jennifer Lawrence, en la cual hace eco a la mirada del director, en la que siempre le da poder y palabra a la mujer, principalmente si esta mujer está en un mundo gobernado por hombres.

Lawrence se ha convertido en este tipo de estrellas que no veíamos desde la época del cine clásico, digamos 1930-1950; y no tanto cine clásico, sino el dichoso sistema que implementaron los grandes estudios del momento de crear estrellas, el buen llamado “Star Maker”. Dicho sistema consistía en que X estudio contrataba a una joven, bella y talentosa actriz, la “pulía” (pagaba clases de actuación, canto, etc.) para luego lanzarla a la fama, siempre de lado de la estrella masculina del momento (Humprey Bogart, Clark Gable, Cary Grant). Algo parecido está ocurriendo con Lawrence, solo que ella no necesita la testosterona que empujaba proyectos de aquella época.

Con un toque de "Erin Brockovich" y un puñado de "Mildred Pierce" en la historia, (acreditada a Russell y Annie Mumolo) una inteligente e ingeniosa madre soltera desafía todas las probabilidades considerables para aprovechar  el éxito empresarial, con apoyo inestable y la resistencia obstinada de su familia. Russell, en el desenrollo de esta fábula en harapos, utiliza un tono de burla fresco para introducirnos a los personajes, apoyándose también en dos modos de narración que han sido históricamente (y a menudo despectivamente) reservados a las mujeres: el cuento de hadas y la telenovela. Dicha historia es contada en una indeterminada ciudad estadounidense durante los años 1980 y 90. La historia también utiliza el género telenovela como herramienta cómica, dichos momentos son protagonizado por iconos del género como son Susan Lucci, Laura Wright y Maurice Benard, mientras que la narración de la historia es contada a través de los ojos de la abuela de Joy , Mimi, protagonizada por la gran Diane Ladd, otra veterana del genero tele novelesco.

Mimi ha sido para Joy el pilar de fortaleza a través de los años, un contrapeso necesario para la vida de Joy, ya que esta viene de un matrimonio con padres divorciados que viven en su propio mundo: el padre es Rudy (Robert Deniro), quien vive de relación en relación sin conseguir estabilidad y termina mudándose al sótano de su hija cuando su ultima relación no funciona, pero dicho sótano esta siendo habitado por el ex esposo de Mangano, Tony (Edgar Ramírez) un cantante venezolano con el que tuvo dos hijos. Estos viven en constantes confrontaciones, agregando a la ecuación a Terry (Virginia Madsen), la madre de Joy, quien se pasa todo el día viendo las telenovelas antes mencionadas. Esta utiliza este mecanismo para escapar de su realidad, la cual se convierte en ficción gracias al drama presentado en televisión. En resumen, es la clásica familia atípica que acompaña la filmografía de Russell, que con sabia maestría te deja ver todos los platos rotos en los primeros 5 minutos, el problema viene en los minutos siguientes. En una línea similar, los personajes secundarios no tienen exactamente la misma presión y la cohesión que hemos llegado a esperar en películas pasadas de Russell.

Elisabeth Rohm (Peggy) en particular, ha sido o mal dirigida o mal ubicada como la hermana mayor y competitiva, cuya actitud hacia Joy se siente innecesariamente hostil y de una sola nota. A los otros actores les va mejor, incluso cuando sus diversas incongruencias cómicas se sienten un poco forzadas. Madsen y Isabella Rossellini tienen momentos cariñosamente interesantes, DeNiro sabe la rutina adorable-cascarrabias como la palma de su mano; Dascha Polanco roba una escena o dos como la inquebrantablemente y leal mejor amiga de Joy; y Mimi Ladd simplemente está presente como herramienta en la narrativa y como balance emocional del personaje. Bradley Cooper esta poco aprovechado, con pruebas de que su química en pantalla con Lawrence funciona, pero te deja queriéndolo ver más tiempo en pantalla. Edgar Ramírez con un carisma innato, funciona como el esposo que, aun divorciado, mantiene esa “amistad” con su ex.

En final de cuentas no sabes si “Joy” es un drama o una comedia. Apoyada básicamente en el talento y presencia de su joven estrella, esta película va poco a poco diluyendo su interés, rescatado por momentos de brillantez de sus pocos valorados actores secundarios, y aunque la decisión de colocar a una joven Jennifer Lawrence a hacer el papel de una mujer en sus 40 años no fue la más acertada, ella es sin lugar a dudas, la estrella más clásica del cine moderno.

 

Acerca del Autor

Ruben Peralta Rigaud

Rubén Peralta Rigaud nació en Santo Domingo en 1980. Médico de profesión, y escritor de reseñas cinematográficas, fue conductor del programa radial diario “Cineasta Radio” por tres años, colaborador de la Revista Cineasta desde el 2010 y editor/escritor del portal cocalecas.net. Dicto charlas sobre apreciación cinematográfica, jurado en el festival de Cine de Miami. Vive en Miami, Florida.

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