Críticas de Cine y Artículos

Critica a «Cincuenta sombras de Grey» (2015) Sam Taylor-Johnson

50 sombras de grey

Los hombres ven porno, las mujeres (la mayoria) lo leen. Si es que podemos llamarle “porno” a las supuestas perversiones del magnate Cristian Grey en la saga de libros “50 Sombras de Grey”, perversiones que son permitidas por su amante Anastasia Steele, mismas perversiones que son los suspiros de millones de mujeres (y hombres) en todo el mundo, con deseos carnales aburridos, al menos en la primera adaptación cinematográfica.

Y es que para hacer cine erótico de calidad hay que tener buena mano. Tenemos a Adrian Lyne, director de estupendas películas, con un trasfondo altamente erótico, que mas que erotismo, ha aprovechado y sacado las mejores actuaciones de sus actores de turno, “Flasdance”, “Nine ½ weeks”,  "Indecental Proposal” o incluso “Unfaithful” en esta ultima  saca la mejor actuación de Diane Lane en la extensa carrera de la actriz. También anda por ahí Paul Verhoven, director holandés subestimado que nos ha regalado, aparte de joyas del Sci Fi como “Total Recall” o “Robocop” y incluso la poca apreciada “Starship Troopers”. De su puño y cámara han salido clásicos del cine erótico como “Basic Insticts”, o la joya holandesa llamada “Spetters”.

Vender una película basando tu campaña de mercadeo en el sexo puede resultar un arma de doble filo. ¿Me estas vendiendo una historia con sexo? ¿O puro sexo con nada de historia? El primero resulta interesante, pero el segundo ya es pornografía, y de eso ya hay en todos lados, gratis… y accesible desde mi casa.

Basado en el libro homónimo de E.L James, Anastasia Steele va a entrevistar al magnate billonario Cristian Grey a su oficina. Desde que lo conoce, una inexplicable chispa entre ellos se enciende. Dicha chispa proseguirá por casi dos horas de persecuciones, romance, situaciones al vapor y una tanda de personajes incoloros (o sea grises). El romance entre Cristian y Anastasia es inevitable, pero se verá truncado por ciertas especificaciones que el billonario exige para complacer sus necesidades sexuales.

El problema  radica en que en la nueva película de la directora Sam Taylor-Johnson, (Nowhere Boy), aburre hasta la saciedad. No esperas el momento en que empiecen a salir los créditos finales y de una y por todas, ver a estos dos indecisos desaparecer de mi vista. La tambien indecisión de no saber que contar hastía. La duda en la narrativa de que si vas a contar un drama o una historia donde el fuerte es el poder sexual de sus personajes, nunca llega a evolucionar. Lo que si evoluciona son los pobres diálogos y las pobres y ya”requeté-vistas” secuencias y momentos eróticos que no despiertan más que aburrimiento.

Aparte de los aburridos diálogos e insípidas situaciones, debo rescatar el carisma de sus protagonistas, que hacen hasta lo imposible para sacar lo mejor de la película, con moderado éxito. Dakota Johnson es sin duda la revelación y lo mejor de la película, principalmente en el primer acto de la misma, cuando se muestra como una mujer llena de dudas y valorada inocencia. Jamie Dorman  (conocido por la serie de Netflix "The Fall") no despierta ninguna curiosidad con su personaje del magnate (y supuesto misterioso) Grey, aunque en su defensa, debo decir que le tocaron las peores líneas y situaciones de la cinta, y sale de manera aceptable.

Pobremente musicalizada por el maestro Hasn Zimmer, que sin dudas logra el trabajo más flojo de su brillante carrera como director musical.

No creo que haya sido un error otorgarle la dirección a una mujer, ya que trata de explorar los sentimientos que van más allá de los motivos personales de los individuos, pero tal vez por presiones de estudio y entregar un mediocre “crowd pleaser” falla en este cometido. Incluso, si le quitamos las escenas eróticas, estamos en frente de la más dulzona telenovela mexicana noventera.

Claro está, mi objetivo no es que no vayan a verla, todo lo contrario. A la mayoría de damas que asistan, con el propósito de saciar esa sed de ver en acción lo que su perversa mente creó mientras leían los libros, van a salir defraudadas, algo así como lo que ocurre en la vida real. Los hombres que asistan a verla, tendrán la tarea ardua de repetir en sus hogares algunas escenas de la película, o en su defecto confirmarles a sus parejas que la realidad es casi similar a la ficción, al menos que seas millonario, con helicóptero, carros en cada ciudad y unos gustos particulares. Al menos en la vida real solo hay un gris, y no tiene sombras.

Acerca del Autor

Ruben Peralta Rigaud

Rubén Peralta Rigaud nació en Santo Domingo en 1980. Médico de profesión, y escritor de reseñas cinematográficas, fue conductor del programa radial diario “Cineasta Radio” por tres años, colaborador de la Revista Cineasta desde el 2010 y editor/escritor del portal cocalecas.net. Dicto charlas sobre apreciación cinematográfica, jurado en el festival de Cine de Miami. Vive en Miami, Florida.